*** Las perspectivas de lograr una democrática y amplia movilización social en contra son cada vez mayores sectores de oposición sensatos, incluso que hacen vida dentro de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
Por Carlos Machado Villanueva
Caracas, 09 ene.- En estos primeros días de enero la derecha golpista y proimperialista que parasita en Venezuela ha mostrado de nuevo las costuras de su inmutable obsesión de defenestrar algún día de estos al presidente Nicolás Maduro y entronizarse en el poder para acabar con el proyecto socialista bolivariano y chavista, el cual logró en estos últimos 19 años y a pesar de ello irrebatibles logros en bienestar social para las mayorías y una democracia participativa y protagónica motorizada por un muy activo y cada vez creciente poder popular organizado.
Guión desmoralizador
Continuando con su guión para desmoralizar al pueblo venezolano con una inmisericorde inflación inducida como parte de la guerra económica, los sectores golpistas, incluida por supuesto la cúpula empresarial agrupada en Fedecámaras, instruyeron a sus afiliados a aumentar los precios de los alimentos y otros bienes esenciales en más de un 100 por ciento una vez el mandatario venezolano decretó en la víspera de Año Nuevo un sexto aumento general de sueldos y salarios en el orden del 40 por ciento sólo en el 2017.
Maduro respondería así con su firme y categórico ofrecimiento de defender por encima de todo el salario de los trabajadores ante las escalada de precios de los productos y bienes de primera necesidad, en especial los alimentos y medicinas, más aún cuando se trata de una línea indeclinable de la revolución bolivariana ante la constante presión alcista de la economía capitalista y neoliberal de modo de mantener sus altas tasas de ganancia a costa del empobrecimiento de las grandes mayorías sociales.
Productos alimenticios de alta demanda como el queso pasaron así de 140 mil a 250 mil bolívares el kilogramo luego del anuncio presidencial. Se trata de un alimento que forma parte esencial del desayuno de la gran mayoría de los venezolanos, cuya adquisición a partir del incremento decretado representará al menos un tercio del sueldo integral establecido.
De este modo la perplejidad diaria de las y los ciudadanos frente a los mostradores no cesa sino que aumenta día a día, más aun si como lo sostienen los conocedores de este rubro alimenticio, para su producción se requieren tan solo 2 litros de leche por cada kilogramo, insumo este que no rebasa los 40 bolívares a puerta de corral.
Ello significa que para que llegue a tan elevado precio al consumidor en cualquier rincón de Venezuela, un este kilogramo de queso blanco duro habrá experimentado en s traslado desde el centro de producción, por lo general ubicado en el interior del país, un incremento especulativo de dos veces más el costo inicial de 80 bolívares, ello si se considera que según la Ley deprecios justos el margen justo de ganancia no debería rebasar el 30 por ciento del costo de producción.
De este modo cada vez más queda en evidencia que detrás de tan groseros incrementos de precios al consumidor por parte del sector comercializador al detal se mueven en confabulación sus cúpulas o cámaras empresariales que giran instrucciones a sus afiliados para que aumenten desproporcionadamente los precios.
Fue así como recientemente se supo que el prófugo golpista Freddy Guevara, del partido ultra derechista Voluntad Popular, estaría orientando a estas acciones criminales de guerra económica a través de sus cuentas en las redes sociales, en particular su cuenta de twitter.
A través de estas exhortaría a los comerciantes a incrementar semanalmente los precios de sus bienes, preferiblemente los días jueves, precisión esta que pudiese obedecer al plan de crear las condiciones de presencia masiva de consumidores los fines de semana en labores de compra en los mercados, de modo que cualquier incidente, incluso de falsa bandera (o montaje) detone la espiral de violencia que vienen incitando de manera criminal estos sectores políticos de la oposición venezolana.
Respondiendo a una línea
No se descarta incluso que el constante maltrato de muchos comerciantes hacia los consumidores cuando estos reclaman sus derechos también respondan a una línea previamente trazada, nada difícil con las nuevas tecnologías, de modo tal de atizar un estado de crispación y de malestar popular que desemboque en acciones de saqueo.
De llegar a suscitarse una situación similar y en forma masiva, esta sería la señal esperada para activar la prevista intervención militar, amenaza estadounidense ya proferida de forma directa, lo que no había sucedido antes, por el presidente Donald Trump bajo la excusa de que Venezuela padece una aguda crisis humanitaria, como intentan posicionar internacionalmente la cruzada derechista internacional contra los nuevos procesos revolucionarios y democráticos en América Latina
En este contexto en el que indudablemente el malestar popular se acrecienta día a día, el operador derechista del golpe y la intervención estadounidense contra el gobierno bolivariano, Ricardo Haussman, desde este país publica un extenso artículo en el diario El Nacional, del editor derechista Miguel Enrique Otero, en el que emplaza a las Asamblea Nacional en desacato a destituir a presidente Maduro y nombrar un gobierno de transición.
Y lo más grave aún, llama a que este supuesto gobierno de transición pida de inmediato una intervención militar extranjera en Venezuela liderada por EE. UU. e integrada por tropas de los países suramericanos bajo su tutelaje, como es el caso de Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Chile y Paraguay, para deponer al presidente Nicolás Maduro bajo la acusación de ejercer una feroz dictadura.
A tensar todas las fuerzas bolivarianas y democráticas
Siendo este el panorama, corresponderá entonces a las fuerzas bolivarianas y chavistas tensar al máximo todas sus fuerzas, de manera tal de lograr una masiva movilización de la ciudadanía venezolana amante de la paz para que con su presencia pacífica y democrática en las calles, con su labor organizativa en sus comunidades, fábricas y campos, le dé un contundente no tanto a la guerra económica y su perversa inflación inducida, así como a las pretensiones del imperio estadounidense y de la oligarquía cipaya de provocar por esta vía un baño de sangre en Venezuela.
Las perspectivas de lograr esta movilización son cada vez mayores si como se viene observando, sectores de oposición sensatos, incluso que hacen vida dentro de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), comienzan –en el marco de los diálogos de paz– a marcar distancia del macabro plan de violencia y de intervención militar extranjera que esconde la campaña sobre una supuesta crisis humanitaria en Venezuela.